Entre sollozos y flores blancas, familiares y amigos despiden al pequeño que fue encontrado sin vida a la noche de este martes en un canal
Los Mochis, Sinaloa.- La mañana del miércoles 5 de abril, la casa de la familia Paredes Zayas, en la colonia Rosendo G. Castro y Ferrocarrilera de Los Mochis, Sinaloa, se llenó de llanto y lamentos. Allí se velaba el cuerpo de Carlitos, el niño de cuatro años que murió ahogado en un canal el día anterior.
Familiares, amigos y vecinos acudieron a dar el pésame a la madre y los hermanos del pequeño, que vivían en condiciones de pobreza y violencia.
Carlitos era el menor de seis hermanos por parte de su madre, Guadalupe Paredes, y otros seis por parte de su padrastro, Carlos Zayas. Su padre biológico y su medio hermano mayor, Carlos Raymundo, fueron secuestrados el 18 de junio de 2022, cuando salieron a celebrar el cumpleaños del segundo en un bar. Desde entonces, no se supo nada de ellos.
La familia vivía en una humilde casa a un costado de las vías del tren, en el cruce con la calle Gladiolas. Según los vecinos, era común ver a Carlitos y sus hermanos jugar en las orillas del canal Antonio Rosales, que pasa cerca de su domicilio. A veces se aventuraban hasta el otro lado de la carretera, donde está la subestación eléctrica de la CFE.
Apenas se confirmó su desaparición, la madre y los hermanos del niño iniciaron una búsqueda desesperada por la zona. También pidieron ayuda a las autoridades y a los servicios de emergencia. Fue hasta poco después de las siete de la tarde cuando se localizó el cuerpo de Carlitos, flotando en las aguas del Canal Lateral 10.
Personal de Protección Civil del Estado lo sacó del agua e intentó reanimarlo, pero ya no tenía signos vitales. Al lugar llegaron también elementos de Protección Civil de Ahome, paramédicos del SUMMA, policías municipales y estatales, así como agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
El cadáver fue trasladado a una funeraria para practicarle la necropsia de ley y confirmar la causa de muerte. Se presume que falleció por asfixia por inmersión en medio líquido (ahogamiento) y que no presentaba signos de violencia.
La mañana del miércoles se realizó el velorio en la casa de la familia. El ambiente era de tristeza e impotencia. Algunos vecinos llevaron flores y veladoras para acompañar al pequeño. Otros llevaron alimentos y bebidas para los dolientes. Algunos niños que solían jugar con Carlitos también se acercaron a despedirse.
La madre de Carlitos estaba inconsolable. Entre sollozos, recordaba a su hijo como un niño alegre y travieso que le gustaba jugar con sus hermanos y sus amigos. Los hermanos de Carlitos también expresaron su dolor y su amor por el menor. Lo recordaron como un buen hermano, quien siempre los hacía reír con sus ocurrencias.
